Sunday, December 23, 2007



El regreso
Joseph Conrad
Funambulista, Madrid 2007
En Cuentos de inquietud, Valdemar, Madrid, 2002, 56 págs.
Traducción de Fernando Jadraque

Cuando vivimos de cerca la separación o el divorcio nos interrogamos sobre de quién será la culpa del fracaso. Porque por muy light que la ley actual lo quiera presentar, de lo que no cabe la menor duda es de estamos ante un fracaso.
Las prisas de la sociedad contemporánea española –puede que debamos añadir “y europea”- abocan al ciudadano a la convivencia con las hechos y a la carencia de reflexión sobre sus causas y consecuencias.
Bien es cierto que el estilo de Joseph Conrad (1857-1924) es descriptivo -por lo tanto lento- pues se recrea en los objetos que rodean al personaje. A través de esas descripciones, el lector llega a percibir el mundo interior y la sensibilidad del personaje que el lector tiene ante sí. También sus contradicciones, la lucha interior, por entender lo que le rodea, por entender el dolor que le produce el fracaso matrimonial: como los seres humanos en la vida real.
El regreso es una novela corta, muy corta. Pero igualmente, muy densa. Asistimos a seis horas escasas de la vida de un matrimonio. No obstante el autor desliza información suficiente para poder comprender el pasado y el porvenir de esta pareja. Los sentimientos que experimentan sus protagonistas se hallan perfectamente descritos en el seguimiento que hace J. Conrad de los objetos que le rodean, de los efectos que la luz causa en esos objetos, de los movimientos que realizan los escasos personajes que intervienen en el relato. Ese movimiento podría ser el itinerario a seguir por el objetivo de la cámara, si habláramos de cine.
El regreso constituye una joya para los estudiosos de la literatura. No se puede explicar la evolución del realismo como corriente hacia el romanticismo y las vanguardias si reflexionar sobre este texto.
Para el estudioso de la Literatura, la comprensión de lo que significa un personaje redondo o completo se vería ayudada con la lectura de este texto.
Igualmente la psicología podría beneficiarse del estudio que este autor hace de los sentimientos considerados desde la óptica individual y también desde la perspectiva de la interacción en la pareja.
No sólo es buena literatura. Es además un intento de comprensión de los valores que debe compartir la pareja, o de lo que sucede cuando la convivencia no se basa en ellos.
El sobrino de Atilano Nicolás

Thursday, December 20, 2007

Pensando en los reyes jóvenes

La sangre del pelícano
Miguel Aranguren
LibrosLibres, Madrid, 2007-12-10
478 páginas, 22 €
Se podría hablar de la novela de la globalización, o bien de la novela globalizada. La novela comienza en cinco escenarios diferentes: 1.- los jardines de Villa Borghese, en Roma, 2.- un convento de clausura situado en el Albaicín granadino, 3.- el aeropuerto de la ciudad de Cantón en China, 4.- los jardines de Luxemburgo en París y 5.- la cumbre de las Naciones Unidas en New York.
Son cinco comienzos diferentes que parecen conducirse de forma independiente, con personajes independientes y cuya conexión parece muy improbable. Así avanzan las cinco historias, en los cinco escenarios diferentes, de un modo paralelo quedando interrumpidos siempre en los momentos más intrigantes. Tienen en común que parten de asesinatos de desconocidos a los que se decapita y quema las huellas dactilares para evitar su posterior reconocimiento. En todos ellos aparece una figurita de oro que representa un mono con la lengua fuera y una cruz invertida. La figurita es de oro y aparece incrustada en un hueso de un pie pequeño, de niño.
El protagonista es un sacerdote, Albertino Guiotta. Se ordenó sacerdote a una edad ya madura tras haber conocido bien la vida y los éxitos profesionales en la industria textil de Milán que es como apuntar a los negocios de la moda. Había vivido una vida disoluta pero una experiencia vivida en un yate, cerca de Corfú, le puso al borde del suicidio. Y a partir de ahí comenzó una búsqueda de la fe, un estudio de catolicismo y, más tarde, su ordenación sacerdotal.
En su proceso de acercamiento a la fe le ayudó Carlo Albrizzi, un sacerdote experto de demonología que consiguió calmar su espíritu. A él acudía de vez en cuando para intercambiar opiniones y consultas. Albrizzi era el capellán de un convento de religiosas en Luca, cerca de Florencia.
Albertin es consciente de que estuvo a punto de verse atrapado en un grupo de gente que rendía culto al demonio con sacrificios humanos de niños o personas vírgenes, a las que arrancaba el corazón. Como él ya había conocido de cerca la actuación de esta secta se da cuenta de que tras la aparición de cuerpos mutilados y decapitados podría estar este grupo de personas. Cuenta sus experiencias al comisario Monticone, en Roma, y juntos tratarán de adelantarse a los planes de la secta y al mismo tiempo desenmascarar a sus componentes.
Ambos acuden al Vaticano en busca de información y allí descubren que la secta está relacionada con el nazismo. En 1933, después de la victoria en las urnas del partido nacionalsocialista de Adolfo Hitler, el que fuera Nuncio Apostólico en Munich y Berlín, Eugenio Pacelli, después Pío XII, informó a Pío XI sobre el peligro que, a partir de entonces, iban a correr judíos, cristianos conversos y católicos. Pío XI firmó la más dura condena al Nazismo, Mit brennender sorge ¿Qué pretendía Hitler con la desaparición de todos los judíos? ¿Por qué también quería atacar a los católicos? ¿Qué relación tiene todo esto con la Ecclesia de los hijos de Onnis?
En Granada, Catón, París y Nueva York, los católicos sufren persecución y asesinatos de parte de los componentes de esta secta. Cómo se llegarán a enterar y de qué manera se sobrepondrán a este crimen organizado es algo que el lector intentará descubrir en las 478 páginas de esta novela, que con toda seguridad se le hará corta. Muy recomendada para alumnos de 3º y 4º de ESO por los contenidos históricos a los que hace referencia. Y por supuesto para adultos.
El sobrino de Atilano Nicolás

Tuesday, December 18, 2007

Para los reyes de la casa, chicos y grandes

El libro de los visitantes
José Jiménez Lozano
Encuentros, Madrid, 2007

Noventa páginas en las que José Jiménez Lozano aúna la sencillez en la expresión y los sentimientos que le suscita el recuerdo de aquella primera Navidad, sustento de nuestra tradición belenista. Un juguete de la imaginación sometido al elaborado lenguaje de corte cervantino al que ya nos tiene acostumbrados este autor.
El lector asiste al entramado interior de los que pudieron muy bien haber presenciado el Nacimiento de Jesús -aunque de ellos no se haya recogido noticia alguna en los evangelios. Pero quién puede asegurar que no hubo una lavandera dispuesta a lavar los pañales del niño; quién negaría la posibilidad de que un comerciante griego se interesase por los presentes traídos desde oriente por aquellos astrónomos sabios… Y cómo es posible que no existiese una mujer solícita que informase a la pareja de jóvenes esposos de la existencia de un establo preparado para acogerles…
José Jiménez Lozano construye, con frases y maneras del decir cervantino, un Belén de estilo Napolitano en el que no falta ninguna figurilla, ningún personaje que bien pudiera haber conocido el hecho de primera mano. No falta nada: ni el brillo de la estrella que atrajo a los sabios, ni el miedo de Herodes, más, la superstición que tanto daño infligió a los habitantes de Judea con el asesinato de los niños inocentes… Porque el miedo que hace al hombre egoísta y timorato de perder su poder o su dominio, fomenta el odio al otro, miedo al que pudiera arrebatarnos alguna migaja de lo que consideramos nuestro en exclusividad.
Noventa páginas de reflexiones sabias y sencillas sobre la Navidad. Un regalo para el espíritu y una joya en cuanto a creación literaria muy adecuada a los acontecimientos que festejamos.
El sobrino de Atilano Nicolás.

Sunday, December 09, 2007

El corazón de las tinieblas, de Joseph Conrad



El corazón de las tinieblas
Joseph Conrad
Traducción de Araceli García Ríos e Isabel Sánchez Araujo
Alianza Editorial, Madrid, 2005

Joseph Conrad, nacido en 1857 en Polonia como Josef Teodor Konrad Korzeniovski, era hijo de un noble. Huérfano a los 12 años, abandonó su país natal ocupado por los rusos, y a los 16 años se trasladó a Marsella. Navegó en barcos franceses. Más tarde se enroló en la marina británica, se nacionalizó inglés en 1886 y cambió su nombre. Siguieron diez años en los que navegó mucho, sobre todo por Oriente.
Conrad viajó, en 1890, al corazón de África, y siguió el cauce del río Congo. Entonces se llamaba Congo Belga. Después de su independencia, República Democrática del Congo. Luego, Zaire. Ahora ha recuperado el nombre anterior. Un lugar legendario y sangriento que todavía lo sigue siendo hoy.
Entonces Conrad era oficial de la marina mercante británica. Fue testigo de espantosos horrores cerca de lo que hoy es Kinshasa, y a finales del siglo XIX era Leopolville en honor al rey belga. Más de diez años después, el escritor recordaba a Mr. Kurtz, uno de los agentes de ese monarca; un tipo desalmado que esclavizaba a los nativos, los torturaba, exponía sus cadáveres empalados para público escarmiento. Mientras tanto, acumulaba una gran fortuna. Uno de los horrores colonialistas que contribuyeron a la angustiosa situación del África central de ahora mismo.
En 'El corazón de las tinieblas' se narra el viaje por el río Congo de Marlow, un capitán de barco mercante. Cuenta, él mismo, a su tripulación, la vez que dirigió una expedición a la impenetrable jungla. La oscuridad de la selva durante el día, la oscuridad de la noche y la ceguera de la niebla son imágenes de la sima moral en la que se encuentran los implicados en el saqueo del marfil a los aborígenes. Mr. Kurtz, el agente que se ocupaba de conseguir el marfil de los cementerios de elefantes, ha dejado de enviar mercancía. Se sospecha que pudiera estar enfermo. Pero la envidia de los otros agentes, que no consiguen de los habitantes de la selva tanto marfil como Kurtz, les lleva a poner trabas a Marlow, el enviado de la empresa, y retrasar así una expedición en su ayuda. Desearían que a su llegada estuviera muerto y así hacerse con las influencias que pudiera haber conseguido Mr Kurtz en Europa.
La envidia es ciega como lo es la avaricia. Mr Kurtz maltrató a los negros del Congo, y explotó tanto su fuerza física como su ignorancia imponiéndoles un trato de sumisión como si fuera una deidad. Y la avaricia de los otros agentes es tan grande que se apoderan de las pertenencias de Kurtz –beneficios de su actividad mercantil- y procuran que no llegue vivo de regreso.
El encuentro de Marlow con él supondrá un cambio de vida del ya viejo marino, que es capaz de distinguir la codicia y la miseria de los otros agentes y presta su apoyo a Kurtz, aún a sabiendas de que es culpable del trato bárbaro a los nativos. Le ayuda y recibe el ruego del moribundo de custodiar unos papeles.
Kurtz muere sintiendo el horror del mal que había infligido a los nativos; el horror del saqueo que supuso el trapicheo de mercancías fraudulentas a cambio del marfil; el horror de su aniquilamiento personal, moral y físico.
De regreso a Europa, Marlow entrega un informe sobre la tragedia de los nativos del Congo a la prensa, escrito por Kurtz, para que lo hagan llegar a la población europea y un paquete de cartas a la mujer que le esperaba para casarse con él. Ella pide a Marlow que le diga cuáles fueron sus últimas palabras. Marlow no se siente lo suficientemente fuerte como decirle que fueron precisamente “¡horror, horror!”. Ante el dolor de la mujer le asegura que Kurtz, lo último que dijo fue su nombre.
Conrad nos ofrece un análisis, en estas 140 páginas, del horror al que conduce la conducta del hombre que pone en las riquezas su corazón y se olvida del respeto al ser humano como tal, aunque esté en unas circunstancias en las que la ley civil no llegue a alcanzarle o a condenarle; aunque no exista ninguna ley civil que le obligue a respetar al otro como a sí mismo, sin importar el color de la piel, la edad o el sexo.
El sobrino de Atilano Nicolás

Friday, November 02, 2007

Carta de una desconocida, de Stefan Zweig

Carta de una desconocida
Stefan Zweig
Acantilado, Barcelona, 2002
66 páginas

El más profundo deseo del hombre y de la mujer es el de ser amado. Sobre todo, bien amado.
Carta de una desconocida es un ejercicio de ensoñación con los ojos abiertos, visto desde el lado del hombre. ¿Qué podría desear un hombre? Amar sin compromiso alguno. Recibir el amor de una joven hermosa y generosa en un modo casi imposible.
Una joven hermosa que ama en silencio y sufre porque el ser objeto de su afecto ni siquiera se da cuenta de que existe. Camina a su lado, le busca, incluso se hace pasar por una prostituta por poder disfrutar unos momentos de su compañía. Las consecuencias, un hijo, serán sólo para ella.
Únicamente, a la muerte de ese hijo, retrato de su padre, que disfruta en silencio como algo para ella sola, se decidirá a escribir una carta confesándole su amor por él.
Novela breve, apenas 66 páginas, de romanticismo exarcebado. Nadie puede amar sin pedir nada a cambio. No sería justo. Bien es cierto, que en toda relación amorosa siempre uno entrega más que el otro, uno ama más o mejor que el otro. Pero el amor, en estado puro, de entrega absoluta, sólo es propio de Dios que se da sin que los hombres podamos corresponder con nada a cambio, pues nada tenemos que no se nos haya dado previamente.
Zweig atribuye esa sublime generosidad al amor de una mujer. La mujer, que es capaz de mayores sacrificios que el hombre, que habitualmente ejerce de parte generosa, no es capaz, sin embargo, de amar de un modo tan absoluto. Aunque lo intente. Porque aunque no pida nada material a cambio, siempre sentirá su corazón herido por la indiferencia, y será ese dolor lo que le termine por romper los nervios y ponga fin al silencio de su soledad. Numerosos casos nos muestra la vida. Mujeres que terminan por confesar la paternidad oculta de sus hijos, y reclaman para ellos algún tipo de compensación.
Zweig nos muestra en esta novela, los más íntimos secretos del corazón masculino. ¿Soñarán los lectores hombres un amor como este?
El sobrino de Atilano Nicolás

Wednesday, October 31, 2007



Palabras en la arena
J. Ramón Ayllón
Palabra, Madrid, 2007

La historia de un joven que se enfrenta al convulso devenir de sus afectos, justo allí cuando todo empieza a complicarse. Hasta entonces todo estaba más o menos claro: amigos, deportes, estudios, instituto, incluso los veranos en la casa de la playa, en Bayona.
El futuro también esta ya decidido: periodista. Y para practicar no hay nada mejor que comenzar por un diario. Pero toda obra de arte esconde, en el subconsciente del artista, secretos modelos a los que alude, aunque sólo sea para crear un contraste o una variación.
La trama sobre la que Borja escribe su diario –que titulará Palabras en la arena- no es otra que un famosísimo diario escrito por otra adolescente, El diario de Ann Frank.
A medida que Borja avanza en la lectura de ese diario, va comentando algunas de las frases y comparándolas con sus propias experiencias vitales.
La madre de Borja, profesora, establece un convenio “económico” con su hijo. Persigue dos objetivos: tener a su hijo ocupado todo el verano y ayudarle en su proceso de maduración mediante la lectura de diez obras de literatura. El interés de esos diez libros, además de su valor literario, está en las ideas que contienen y que darán respuestas a las inquietudes del joven Borja: la amistad y el amor, la educación de la afectividad, la educación de la voluntad, el valor de la conciencia individual, el valor de la fortaleza para defender el criterio propio, la elegancia interior, la importancia de los amigos, la importancia de la familia, el servicio que puede prestar una familia unida a otras familias del entorno, el servicio a los miembros de la familia que están enfermos o son ancianos y la satisfacción que comporta, cómo encajar la muerte…
Descripciones bellísimas del hermoso paisaje de Galicia. No hace falta mucho más para convertirse en poeta: el mar, la tierra verde y la ría.
En la obra de J. R. Ayllón, esta obra, tercera de la saga, sería anterior a Vigo es Vivaldi y a El diario de Paula. Goza de la ventaja que dan los años de escritor y sigue siendo una historia llena de frescura que deja un estupendo sabor de boca y ganas de leer más. Despierta el interés por leer las obras a las que hace referencia, obras importantes de la literatura como Macbeth de Shakespeare, El bosque animado de Wenceslao Fernández Flórez, Antes del fin de Ernesto Sábato, Matar a un ruiseñor de Harper Lee, El diario de Ann Frank, La vida es sueño de Calderón de la Barca, Meditaciones de Marco Aurelio, Las pequeñas virtudes de la italiana Natalia Ginzburg, Las cosas que llevaban los hombres que lucharon de Tim O’Brien…
Engarzadas en el texto aparecen numerosas referencias a otros hitos de la literatura como Las crónicas de Narnia, El señor de los anillos, La Odisea y a películas como Un vagabundo de Charles Chaplin, Carros de Fuego…
Una novela muy adecuada para los adolescentes a partir de 2º de ESO. Muy útil para los padres y educadores tanto por los temas tratados como por los enfoques y posibles soluciones.
El sobrino de Atilano Nicolás.

Sunday, October 28, 2007

La piel de los tomates, de J. J. Lozano



La piel de los tomates
José Jiménez Lozano
Encuentro, Madrid, 2007

Guadalupe Arbona Abascal, en el prólogo a esta colección de 32 relatos, afirma que en esta obra de José Jiménez Lozano “encontraremos la intensidad de la vida presente en lo más humilde y en lo más sencillo.” Y nos remite a la voz del propio autor quien ha señalado en muchas ocasiones que “la literatura es levantar vida con palabras”; es la acción de “escribir con palabras verdaderas y carnales, que nombren esa realidad. Sin la mínima voluntad de estilo”.
Claro que el estilo de José Jiménez Lozano está presente, como lo están la belleza y la tensión, en los 32 relatos –muy breves la mayor parte.
Recorre en ellos los mil detalles que conforman la existencia sencilla de las gentes sencillas, habitantes de lugares sencillos. Y muchos de ellos reverberan costumbres del decir cervantino.
J. J. Lozano pergeña, desde la curva contundente y lisa de la piel de los tomates, la imagen de la juventud del alma: la anciana que vende tomates en el tercer relato- y que da título a la obra- viene así descrita: “Y mamá también decía que los mejores tomates del mundo los vendía aquella mujer, que era muy anciana (…) con una piel tan fina y lisa, sonrosados carrillos, y ni una cana.” Y la belleza interior de la anciana quedaba, de ese modo, asimilada a la hermosura de los tomates que cultivaba y que por su mano maduraban incluso en abril. La propia anciana contaba la historia de un joven que perdió la tersura de la piel y se le tornó “consumidita como la de un tomate helado” en pocas horas, a fuerza del sufrimiento.
De los sufrimientos de la vida y de los que produce la muerte de los seres queridos de los que dependemos y de las alegrías e ilusiones sencillas con las que nos aliviamos y continuamos nuestro camino están hechos estos relatos redondos y generosos, como los tomates, que de ser buenos “tenían que abandonar su piel entre las manos”.
No nos engañemos: la vida aparentemente sencilla está tejida de graves sucesos silenciados, sellados por la conveniente pérdida de memoria. El lector acude a cada relato, debe acudir, dispuesto a sumergirse en una situación más que difícil, cruda. J. J. Lozano conduce la acción en una acelerada evolución del relato, sin eludir temas como el asesinato, la violación, el suicidio…
Maestro del relato breve. Me sería imposible elegir uno de los 32 que en esta obra figuran. Pero puedo señalar el titulado “La farsa” como uno de mis favoritos. En el él, el autor lleva al lector como obligándole a recorrer la escena de un cuadro. La palabra es utilizada como un puntero mágico capaz de dar luz y crear volumen allí donde se posa: “La luz del día se iba apagando, pero al mismo tiempo se iba haciendo más intensamente roja, y el vaso de agua y el reluciente plato brillaban extraordinariamente”.
En todos los finales de los 32 relatos, J. J. Jiménez consigue sorprender al lector presentándole giros inesperados de la realidad o de la hiperrealidad, incluso con algún guiño al realismo mágico. Pero en “La farsa”, la solución es un giro doble de ironía: nunca sabremos quién había vivido más falsamente, el Pastor Kalus Hansen o el Doctor Jesen y su amante, la mujer del pastor. Quién es más falso, ¿el que engaña a un vecino amando a la esposa y a quien le dan un hijo bastardo, o el que simula perdón y destruye el pensamiento y la concepción moral de ese hijo tras conocer que no era el suyo propio?

El sobrino de Atilano Nicolás

Wednesday, October 24, 2007



LA HERMANA
Sándor Márai
Salamandra, Barcelona, 2007

Una novela en la que el autor plantea una tesis: la enfermedad física no sólo tiene unas causas físicas. También el estado anímico puede desencadenar el desmoronamiento físico. Más; un sufrimiento moral, un sentimiento de culpabilidad o la frustración personal pueden desencadenar un accidente vascular, incluso la muerte.
Parte de verdad en lo que dice constituye nuestra experiencia: la muerte de un ser querido, la traición y abandono, la falta de dedicación o de atención de la persona de la que dependemos afectivamente pueden degenerar en depresión profunda, en anorexia, en pérdida del deseo de vivir.
Un amor imposible, también. La equivocación en la elección de la persona a la que consagramos nuestro afecto es la causa subyacente en este relato, en el que Sándor Márai nos desvela el mundo interior de un hombre, un artista, que trata de explicar qué ocurre cuando un hombre se deja vencer por la enfermedad y qué es lo que le empuja a elegir la muerte.
La mayor parte del libro es un monólogo interior que puede ayudar al lector a descifrar las claves que conducen al ser humano a la enfermedad. Una enfermedad aceptada ante la derrota psicológica del amor frustrado. ¿Qué puede salvar al ser humano de la aceptación a priori de la muerte? ¿De la falta de ánimo para sobreponerse a la enfermedad?
Cuando ya nada interesa, nada, ni la propia existencia, ¿a qué se puede agarrar el ser humano para sobrevivir?
El autor conduce al lector en ese descenso al infierno de la derrota psicológica hasta lo más profundo: la autodestrucción implícita en las drogas. En el último momento el protagonista, un pianista de reconocido prestigio, comienza el ascenso a un purgatorio que supondrá aceptar su nueva condición física hasta salir al nuevo paraíso de la vida. Una vida en lo que lo esencial se tornará lo primordial y únicamente importante: no más fama, no más público. Como Beatriz condujo a Dante hacia ese nuevo cielo de la aceptación de la vida, una voz femenina, tal vez imaginada, será la guía necesaria.
La completa recuperación implica la sanación del alma: la purificación de las frustraciones y la aceptación de que lo imposible lo es, y por tanto algo destructivo de lo que el hombre se debe apartar.

El sobrino de Atilano Nicolás

Thursday, October 04, 2007

Ácido sulfúrico, de Amélie Nothomb



Amélie Nothomb, cuenta una historia a partir de un ciclo como Gran Hermano, pero donde los que pierden, mueren.

Ácido sulfúrico
Amélie Nothomb
Anagrama, Barcelona, 2007
166 págs. 15€

La lectura de estas 166 páginas no deja indiferente. Precisamente es ese su objetivo: despabilar al lector, al espectador de una realidad dura. Cada día asistimos a enormes injusticias que acaban con vidas de seres humanos a través de ese gran ojo que todo lo ve: la televisión. No tenemos excusa. La eximente de la ignorancia nunca podrá servirnos de coartada. Todo lo vemos y nada nos conmueve suficientemente como para hacer el menor gesto.
Dejamos que las injusticias sigan su proceso de dolor y muerte.
La protagonista de este relato, Pannonique, está delante del ojo. Es ella la que sufre los horrores del hambre, el secuestro, la esclavitud, el castigo físico y el desprecio moral…
Ella, Pannonique, luchará contra la injusticia, primero, en lo más profundo de su ser. Se sobrepondrá a ese trato injusto. El lector asiste al proceso interior de rebeldía contra el trato inhumano y el efecto que causa esa lucha personal en sus compañeros de cautiverio: todos tratarán de imitar su forma de mantener la dignidad frente a tan gran adversidad.
Pero imitar puede tener el inconveniente de no llegar a entender la postura en su raíz y por tanto, Pannonique tendrá que sufrir, además, la incomprensión de aquellos a quienes intenta ayudar con todas sus fuerzas: la incomprensión de los “buenos”.
En las situaciones verdaderamente difíciles es cuando se aprecia la calidad del ser humano. Frente a una amenaza de muerte, el que sigue manteniendo sus ideales será el hombre - o la mujer- auténtico.
No aceptar el chantaje cuando depende de ello la propia vida y la de otros, demuestra mucha entereza. Y mantener los ideales, las formas de conducta que nos parecen correctas, cuando todos a nuestro alrededor –incluso los más próximos- no lo consideran grave, puede demostrar un exquisito sentido del deber y una voluntad de acero.
Encontrar una persona así a nuestro lado puede ser un revulsivo para las conciencias adormecidas por una vida fácil que sólo pretende satisfacer sus instintos con situaciones placenteras. Porque siempre hay quienes, en el fondo, saben que merece la pena otra forma de vida más íntegra, aunque conlleve situaciones complicadas.
Lea pues, avive el seso y despierte…
El sobrino de Atilano Nicolás

Wednesday, October 03, 2007

La quinta mujer
Henning Mankell
Traducción de Carmen Montes Cano Tusquets Editores, Barcelona, 2000, 488 págs. 20€
Planeta DeAgostini, Barcelona, 2006, 10€

Novela policíaca que comienza con el relato del asesinato de una mujer, la quinta, que junto a cuatro religiosas, muere a manos de musulmanes fundamentalistas en la ciudad de Argel, en 1983. Los dos siguientes capítulos relatan el asesinato, en Suecia, de dos hombres, aparentemente pacíficos y amantes de los pájaros y las orquídeas respectivamente.
¿Qué conexión podría existir entre estos tres crímenes alejados geográficamente?
La búsqueda de esa conexión será la tarea que un equipo de policías, bajo de dirección del detective Kurt Wallander. Durante la investigación se descubrirán otros asesinatos y situaciones de maltrato a la mujer.
La tarea es difícil y el trabajo arduo. Wallander se desplazará por la geografía sueca y el lector descubrirá los bosques y lagos, la tierra rocosa y llegará a sentir la lluvia y el frío. La técnica narrativa de Mankell consigue transmitir todas estas sensaciones: realista y viva.
La actividad mental que el lector desarrolla encuentra su parangón en la actividad exhaustiva del propio comisario que no se da respiro y para quien la vida personal, familiar y afectiva parecen escurrírsele de las manos como el o los autores de los crímenes a quienes persigue.
La quinta mujer sirve además para comunicar al lector las reflexiones con las que su autor, Henning Mankell, explica el aumento de criminalidad en la sociedad sueca.
“Hablaba del bienestar sueco como de un tremedal bien camuflado. La corrupción era inherente al sistema.” Págs. 307-308
“Posiblemente necesitamos una sociedad distinta –opinó Martinsson-. Con menos contratos blindados y más solidaridad.” Pág. 291
“El gran problema es el gradual desplazamiento de lo que la policía y los tribunales consideran como delito. Aquello por lo que alguien fue condenado ayer, hoy puede considerarse una bagatela que la policía no tienen que molestarse siguiera en investigar. Y eso a mí me parece que es un insulto a la conciencia popular de la justicia, que siempre ha sido muy fuerte en este país.” Pág. 398
Pensamientos que pudieran muy bien aplicarse a la sociedad española en la que nos toca vivir y que son fruto del relativismo que subyace en el pensamiento actual. Todo vale; todo es consensuable.
Para aquellos que pudieran sentirse aludidos, esta otra cita en la que el protagonista deja claro sus convicciones.
“Más tarde recordaría que, mientras esperaba, estuvo rezando una oración incesante y confusa a un dios en el que, en realidad, no creía” Pág. 459 El relativismo alcanza hasta la fibra más íntima del ser humana inmerso en un idearium social inestable. No se sabe muy bien a qué agarrarse. Y de esta guisa, el bien y el mal son un algo confuso y ambivalente, difícil de juzgar e imposible de corregir aún cuando pueda dar como fruto el asesinato. Y así se podría concluir que el hombre –o la mujer- son víctimas expiatorias de un pensamiento, que ya no sustenta una ley que le proteja. Un pensamiento laberíntico en el que no se llega a distinguir el objeto real de las múltiples imágenes deformadas por innumerables espejos, cóncavos o convexos, colocados a la conveniencia del que detenta el poder, ya sea una persona o un grupo de presión o lobby.
En esta novela, Kurt Wallander acompaña a su padre en un viaje a Roma, cuna del catolicismo, poco antes de su fallecimiento. El detective ofrece al lector la impresión que produjo ver a su padre contemplando la Capilla Sixtina:
“Fue como ver a un anciano dirigir una oración sin palabras directamente al cielo.” Pág. 32
Tras la muerte de su padre, se plantean qué hacer:
“-No hablaba nunca de la muerte –dijo ella-. Si la temía o no, no sabría decirlo. Tampoco dijo dónde quería ser enterrado. Pero sí que quiero que venga un sacerdote.” Pág. 138
Novela de acción que también deja lugar a la reflexión del lector.

El sobrino de Atilano Nicolás

Tuesday, October 02, 2007

Ronja, la hija del bandolero, de Astrid Lindgren



Ronja, la hija del bandolero
Astrid Lindgren
Editorial Juventud, Barcelona, 1981

Ronja nace en un castillo, guarida de una banda de asaltadores y ladrones. Su padre, Mattis, salvaje y brutal, aprende a mostrarse tierno con la niña que crece segura del afecto de su familia y aprende a vivir en una naturaleza de climatología tan dura como los bosques de Suecia.
El día de su nacimiento, en otra parte del bosque, el mayor enemigo de Mattis, y su rival, Borka, también recibe el nacimiento de su hijo Birk.
Las fechorías de ambas bandas atemorizan a los viajeros y un regimiento de soldados ocupa el bosque.
La banda de Borka se traslada a una parte abandonada del propio castillo ocupado por la banda de Mattis. De esta suerte, Ronja y Birk, el hijo de Borka, llegarán a conocerse y a establecer un vínculo de amistad.
La amistad de Ronja y Birk crecerá firme frente al odio que enfrenta a las dos bandas de ladrones.
Cuando el niño empieza a descubrir afectos fuera de su entorno familiar, deja de ser niño. También es entonces cuando empieza a percibir que sus padres no son perfectos. Es capaz de intuir los defectos de sus progenitores que, hasta ese momento, han ocupado el centro de su vida.
La superación de ambos conflictos –amistad contraria a los criterios de los progenitores y aceptación de los defectos de los padres- constituye la temática de este relato.
Otro aspecto muy interesante es el difícil equilibrio que debe darse entre la protección de los padres y la autonomía que el hijo necesita para ir alcanzando la madurez. Hasta dónde es conveniente protegerlo o si convendría dejar el hijo solo frente a los problemas, aún a riesgo de sufrir.
Astrid Lindaren, en este relato, no da soluciones. Simplemente expone situaciones que no se deberían dejar sin comentar entre padres e hijos preadolescentes, o entre profesores y alumnos. Este libro pudiera ser una buena disculpa.
El sobrino de Atilano Nicolás

Wednesday, September 12, 2007

El perro que corría hacia una estrella, de Henning Mankell



Henning Mankell (Estocolmo 1948), antes de recibir tres premios por El perro que corría hacia una estrella, ya había conseguido una gran reputación como dramaturgo y novelista para adultos. El comisario Kurt Wallander los ha situado como best seller.


Henning Mankell
El perro que corría hacia una estrella
Ediciones Siruela, Barcelona, 2002, 187 páginas

Incluido en Viaje al fin del mundo (4 relatos)
Debolsillo, Siruela, Barcelona, 2007, 678 páginas

Novela de “paso”, de transición de la infancia a la adolescencia. El protagonista, Joel, de casi doce años, intenta comprender la realidad en la que vive. Busca las razones que mueven a los adultos de los que depende. Necesita a su madre, que les ha abandonado, a su padre y a él. Necesita estar seguro de que su padre no le abandonará a pesar de que empiece a existir otra mujer en su vida. Necesita mantener su hogar y para ello realiza las tareas que su madre, ausente, realizaría.
No comprende del todo los momentos en los que su padre se siente derrotado y recurre al alcohol. No comprende la pobreza en la que viven cuando la compara con los medios con los que cuentan otros compañeros de clase u otros vecinos.
No comprende la crítica que la sociedad aplica a algunas personas de su entorno condenándolas a la incomprensión y a la soledad.
Y en su esfuerzo por comprender lo que de incomprensible conlleva la palabra “adulto” se resiste a abandonar las ensoñaciones de un niño insatisfecho con lo que le rodea y deseoso de la convivencia con ambos padres. Quizás sea ese su sueño menos adulto, más infantil: el sueño que le permita dar el paso desde la infancia hacia la independencia de la edad adulta. Persigue en las noches heladas de Suecia un perro que creyó ver desde la ventana de su cocina: el perro que corría hacia una estrella.
En esa persecución conocerá a un nuevo vecino, el hijo del juez. Un joven que intentará someterlo y arrastrarlo hacia acciones delictivas. Pero Joel, sin entender muy bien la razón de la maldad en ese joven, sabrá encontrar la manera de zafarse de la disyuntiva en la que se ve implicado: o demostrar que no es un cobarde o delinquir. Su honradez le colocará en una situación extrema, de la que saldrá con la ayuda de su padre. Entonces comprenderá que su padre siempre permanecerá a su lado.
Henning Mankell maneja el mundo de los afectos y de las ensoñaciones y demuestra un profundo conocimiento psicológico. Dosifica la acción y las percepciones y construye una narración de gran calidad poética sin permitir que el lector se desinterese por el final del relato.
El sobrino de Atilano Nicolás

Friday, September 07, 2007

El niño con el pijama de rayas, de John Boyne

John Boyne
El niño con el pijama de rayas
Salamandra, Salamandra, 2007
Traducción de Gemma Rovira Ortega

En la contraportada del libro se señala que “este libro no es sólo para adultos; también lo pueden leer, y sería recomendable que lo hicieran, niños a partir de los trece años de edad.
Sin embargo, los valores humanos que destila esta narración (justicia, amistad, sinceridad, delicadeza en el trato con los demás, importancia de las relaciones en el seno de la familia…), así como el marco histórico al que hace referencia (las dos Grandes Guerras del siglo XX) lo hacen muy aconsejable como libro de lectura para los alumnos de 1º y 2º de ESO.
Es un libro que merece la pena ser comentado entre preadolescentes y padres o profesores. El autor ha sabido mantener el enfoque original y fresco, la perspectiva de su protagonista, Bruno, permitiendo una identificación del lector con la condición más noble del ser humano.
John Boyne nació en Dublín, Irlanda, en 1971. Se formó en el Trinity Collage y en la Universidad de East Anglia, en Norwich. Esta es su cuarta novela. En Irlanda fue número 1 de la lista de libros más vendidos durante 35 semanas. Finalista de los premios Borders Original Voices y Ottakar’s Children’s Book Prize, y nominada al «Index on Censorship» Award, al Premio Ungari Unicef y a la Carnegie Medal. Miramax/Disney prepara un largometraje con la dirección de Mark Herman.
El tema del racismo, de la tragedia de la guerra, ya ha sido tratado en numerosas obras narrativas. Sin embargo, los horrores del nazismo no se constituyen en objeto primordial de este relato. Son el mero marco de referencia, pese al cual, la historia se recrea en el sentimiento de la amistad. Añadir algo más a esta simple crítica, podría romper el encanto de una historia tan sutilmente construida y capaz de permanecer como auténtico deleite en la memoria del lector.
El sobrino de Atilano Nicolás

Los niños de Bullerbyn, de Astrid Lindgren

Astrid Lindgren
Los niños de Bullerbyn
Círculo de Lectores, Barcelona, 1990
Traducción de Jesús Pardo

Ahora que empieza el curso escolar quizás sea un buen momento para plantearse los libros de lectura que nuestros hijos o nuestros alumnos debería leer.
Astrid Lindgren (1907-2002) nació y vivió su infancia en un pueblo pequeño del centro de Suecia. Una escuela rural y un entorno familiar de granjeros, junto a la cultura transmitida por los adultos que la rodearon fueron suficientes para despertar su inquietud literaria.
El tema latente en todas sus historias es precisamente la influencia positiva de las tradiciones culturales transmitidas de forma natural en el seno de la familia. Son los niños, vecinos en una comunidad muy pequeña, los protagonistas de las historias que Astrid Lindaren escribe: sus juegos, sus descubrimientos del entorno que les rodea, sus picardías, los interrogatorios a los que someten a los adultos en su búsqueda de respuestas a las inquietudes propias de la infancia y adolescencia.
Los niños que Astrid Lindgren elige para sus historias son niños valientes, fuertes, inmersos en una naturaleza bella pero de inviernos duros; pertenecen a un mundo de trabajadores del campo y asisten a una escuela rural. Los niños de Bullerbyn juegan a los juegos tradicionales suecos y nos descubren la cultura tradicional sueca: comida, medios de transporte, entorno natural, refranes, fiestas tradicionales y sus celebraciones…
En la granja conviven personas de diferentes clases sociales (amos y trabajadores) y de diversas edades (el abuelo anciano y ciego, la hermana de Ole que acaba de nacer). Una comunidad de hombres y mujeres que comparten no sólo la vecindad sino también los trabajos y problemas de la vida. El respeto a las diferencias de edad y condición, el respeto a los valores culturales y a la naturaleza sustenta la vida de esta pequeña comunidad rural.
En el volumen publicado por Círculo de Lectores, en 1990, aparecen los tres cuentos: Los niños de Bullerbyn, Nuevas aventuras en Bullerbyn y ¡Qué divertido es Bullerbyin! Quizás es el momento de replantear una nueva edición.
Astrid Lindgren escribió otros libros bien conocidos por las versiones de cine o televisión. Me refiero a Pippi Calzas Largas. También han sido llevados al cine las picardías de Miguel el Travieso (Emil en la versión sueca). Ronja y Los hermanos Corazón de León son otros títulos muy adecuados para preadolescentes. Confiemos en que las editoriales decidan revisar sus existencias ahora que se cumplen 100 años del nacimiento de Astrid Lindgren. Las versiones en inglés son muy adecuadas para la enseñanza de idiomas.

El sobrino de Atilano Nicolás

Saturday, August 11, 2007

La Reina sin nombre, de María Gudín

La reina sin nombre
María Gudín
Ediciones B, Barcelona, 2006, 357 págs

María Gudín ha creado con su novela “La Reina sin nombre” un imaginario cuyo referente es la península Ibérica del siglo VI poblada por diversos grupos étnicos de raíces celtas que vivían en castros diseminados por la cordillera Cantábrica y sus estribaciones (Montes de León, Macizo Galaico y Montes de Zamora, Carpurias…) Los celtas, celosos de su independencia, ya se habían enfrentado con éxito a los romanos y a los suevos. Ahora les toca aunar fuerzas, bajo el símbolo del Santo Grial, y luchar contra los godos capitaneados por Leovigildo.
Por entonces la corte reside en Mérida y los godos pelean en otro frente, en el sur, contra el Imperio de Bizancio que mantiene sus posiciones en Córdoba y Sevilla.
Leovigildo aspira a suceder en el trono a Atanagildo, que ya anciano morirá sin descendencia. Para ello busca a la única heredera de la dinastía merovingia, la nieta de Clodoveo, la hija de Amalarico. Una joven que ha sido criada por un druida albión en un castro celta y que ya ha dado a luz al hijo del líder de los albiones.
La novela, en su primera parte, y mediante el relato directo de Jana, la reina sin nombre, presenta al lector la trama en el momento en que es capturada por los suevos y llevada como esclava a Albión. Jana, con sus recuerdos, explica al lector todo lo conoce de su vida hasta ese momento que se compendia en un gran misterio del que sólo sabe que ha curado a un rebelde herido mortalmente por los suevos con la ayuda de una medicina elaborado en una copa muy especial.
En el castro de Albión, situado entre los acantilados del Mar Cantábrico, Jana conseguirá hacerse respetar por su destreza como curandera o sanadora. Y allí sobrevivirá a la tiranía de Lubbo hasta la llegada de Aster, el soldado herido a quien ella había ayudado a curar, y líder de los pueblos libres. Aster es el héroe de la epopeya de los pueblos cántabros que luchan por mantener su libertad y sus tradiciones. Aster representa al líder generoso y magnánimo que renuncia a su felicidad por cumplir su misión, la misión de aunar a los pueblos libres del norte. Algunos de sus más próximos pagan con su vida la lealtad.
Jana desconocedora de su pasado, ama tiernamente a su esposo y a su hijo y sirve al pueblo celta con los conocimientos sobre plantas medicinales que el druida le ha transmitido. Pero se resiste a entender que con su sacrificio personal, con su renuncia y alejamiento del pueblo Albión, tal vez librará, a los habitantes del castro, a su propio esposo y a su hijo de tan sólo unos meses, de la amenaza de muerte de los ejércitos de Leovigildo. Se entrega a los godos para convertirse en la madre de Hermenegildo y de Recadero, futuros líderes y reyes godos.
En la segunda parte de la novela son dos los narradores. El druida de nombre celta Enol y de nombre francés Juan de Besson, explicará a Jana, ya reina de los godos, los misterios que envolvieron su infancia y los orígenes de su dinastía. El druida, ya moribundo, desea encontrar la paz de su espíritu y confiesa sus pecados. La reina no sólo sabe perdonarle; también le asiste en sus últimos momentos como a un padre.
Después vuelve a ser la voz de la reina, hija de reyes y madre de reyes, quien tome la palabra hasta el final del relato para dar cuenta de lo que ocurre en la corte de los godos, de la política que se sigue y del destino de su propia vida y de la de sus hijos.
En definitiva, una novela que no tardará en llevarse al cine pues reúne todos los ingredientes necesarios para mantener la atención del lector y del espectador y, al mismo tiempo, resulta enriquecedora desde un punto de vista cultural.
El sobrino de Atilano Nicolás

Tuesday, July 17, 2007

La Playa, de Cesare Pavese



La playa
Cesare Pavese
Seix Barral, S.A., Barcelona, 1983
189 págs.
La spiaggia
Traducción de Juan Antonio Masoliver
Giulio Einaudi, S.p.A. Turín, 1958

Seis relatos relacionados con la playa, el mar, la visión que distintas personas, de diferentes clases sociales que perciben la vida en la costa o la actividad de la pesca, la de vida rural o la vida en la ciudad de un modo particular.
Maestro de la técnica de la insinuación, de la sugestión de la memoria, Cesare Pavese, ofrece un recital de modos en los que la realidad no se describe, se presenta de modo sugerente, a pinceladas. Lo importante es lo que no se dice. Lo que el lector puede llegar a captar en esa especie de eco marino repetido infinitamente en el pabellón de una caracola.
La literatura siempre tiene que mostrar algo rompedor. Algo que apele a la rebeldía interior del lector. Cuando Pavese escribe esta serie de relatos la sociedad era otra: los límites de lo moralmente correcto estaban mejor precisados, claros. Hoy día, su rompedora insinuación prácticamente carece de agresividad. Pero permanece su sentido poético como una herencia sutil, delicada.
En el primer relato, La playa, que da título al conjunto del libro en esta edición, presenta la relación del protagonista con una pareja de recién casados. Sibaritas que poseen una casa en la costa. El relato se desarrolla en ese ambiente veraniego en el que los ricos, o los que aparentan serlo, viven a cuerpo de rey. Cuando Pavese lo escribió sólo unos pocos podían permitírselo: el no hacer otra cosa que vagabundear y dormitar sobre la arena y frecuentar el alterne en bares y fiestas de verano. Hoy día, esta falta de actividad -ocio voluptuoso- está extendida a la mayor parte de la sociedad. Poco puede descubrir al lector un relato de este estilo: flirteo de la joven casada –Clelia- que se aburre de sus relaciones sociales, el joven esposo –Doro- que se cansa tras su primer año de vida marital (barra libre con licencia moral según la moda literaria de los años 50 y 60)… Todo visto desde los ojos del alter ego del autor, el protagonista del relato. Para animar el grupo de ricachones ociosos aparece en escena Berti, un joven aprendiz de vago vividor a costa de su padre y cuyas ensoñaciones de niño rico malcriado le acercan al grupo con la pretensión de disfrutar de Clelia. Este relato ocupa 87 páginas, prácticamente la mitad del volumen. Un cierto regusto a El Gran Gatsby, de Scott Fitzgerald.
El segundo relato, de unas treinta páginas, El mar, presenta al protagonista en una situación de “paso a la edad adulta”; especie de rito purificador durante la noche de San Juan. El protagonista y su amigo Gosto se escapan de casa aprovechando el barullo que se produce el día de la boda de Clelia –mismo nombre de mujer del anterior relato- durante la cual se incendia la casa de la novia. El incendio es el preludio de las hogueras de las noches de San Juan que se encienden en las cimas de todas las colinas del valle. La fuga no tenía otra intención que la de ver el mar. Los protagonistas vivían en una zona rural no muy lejana a la costa pero nunca habían visto el mar. Hablaban del mar con el herrero del lugar, quien había trabajado en la marina mercante. Tras la primera noche de fuga con dirección a Cassinasco, Gosto decide regresar a su casa. Y el protagonista no renuncia a su sueño y continúa. Cassinasco está en fiestas. Y allí acude a tocar un joven del pueblo de los fugados quien recoge y ayuda al protagonista de la historia.
La ciudad y Chaqueta de cuero son relatos de diez páginas cada uno. La ciudad es un relato en el que el lector asiste a la claudicación de un joven estudiante que decide a quien entregar su vida afectiva por el sistema de “dejarse tomar al asalto”. Un joven sin personalidad que pudiendo elegir a una joven valiosa elige dejarse sorprender por la que se le mete en la cama. Y así se alejará de él, aquella con la que hubiera podido formar un hogar y compartir un futuro y una familia. Influencias corrosivas de la vida en la ciudad parece querer subrayar Pavese.
Claro que a continuación nos encontramos en un escenario rural, junto a un río. Allí vemos la cara negra de la vida en matrimonio: apatía en la mujer que se cansa de su vida conyugal, malas contestaciones, en fin, nada que parezca merecer la pena. El testigo es un adolescente que pretende aprender el oficio de pescador de Ceresa, el protagonista y dueño de una chaqueta de cuero. Nora termina por conquistar a Ceresa y después le arruina moralmente con su infidelidad.
Primer Amor de un joven adolescente que descubre en la hermana rubia de su amigo Nino su primer amor; amor platónico pues ella, mucho mayor que él, tiene sus amoríos y destroza el corazón del joven quien la descubre en sus correrías por el campo.
El último relato de este volumen, Historia Íntima, cuenta la historia de otro joven, huérfano de madre, quien vive la historia de amor de su padre viudo por una mujer joven. Al principio la joven rechaza a su padre pero éste consigue, con paciencia y generosidad, el amor de la mujer, la lleva a casa y termina convirtiéndola en el eje de la familia. La Sandina, que así se llamaba, se fue a vivir con el joven después de fallecer su padre y fue entonces cuando realmente llegó a comprender a su padre: “En aquellos tiempos sólo sabía que nada empieza sino al día siguiente”. Una buena frase para terminar un relato.
El sobrino de Atilano Nicolás

Monday, June 11, 2007

El faro de Alejandría, de Gilland Bradshaw

El Faro de Alejandría
Gillian Bradshaw
Emecé, Barcelona, 1997/ Salamandra
506 páginas
Tapa dura, 22,90 €

Obligada por su origen noble a contraer matrimonio con el cruel gobernador Faustino, la joven Caris huye en dirección a Alejandría. Su sueño es estudiar el arte de Hipócrates y dedicarse a la medicina. Basando esta trama en una detallada descripción de la medicina hipocrática y, por encima de todo, en una cuidada y rica ambientación en la mítica Alejandría, es una novela de ágil lectura y gran interés histórico.

En la primera parte, el lector descubre a una joven de Éfeso, en Antioquia (hoy Turquía), muy inteligente que siente la inquietud de dedicarse al estudio de la Medicina. La novela está ambientada en el siglo IV. Por supuesto que en aquella época ni el estudio ni el ejercicio de una profesión le eran permitidos a las mujeres que debían permanecer recluidas en el hogar bajo la autoridad del marido desde su juventud.
Así Caris, ayudada por su hermano y su nodriza, abandona la casa paterna para librarse de un matrimonio con un hombre carente de atractivo. Llega a Alejandría donde pretende ser aceptada como un alumno más. Para ello se hará pasar por un eunuco libre. Las cartas de recomendación escritas por su hermano Teodoro no parecen merecer la atención de los médicos de aquella ciudad. Por fin, un médico de origen judío, Filón, acepta a Caritón –será el nombre elegido por el eunuco- como ayudante. Filón no tiene acceso a los enfermos recogidos en los monasterios de frailes y decide aceptar a Cariton aprovechando que es cristiano. Caritón vivirá en casa de Filón con toda su familia.
En Alejandría, además de aprender la medicina teórica mediante la lectura de los papiros de los sabios en esa ciencia, practica la medicina y aprende la utilización de las plantas curativas. Participa de la vida de la ciudad y de las difíciles situaciones por las que atraviesa el Imperio. Así conoce al obispo Atanasio, anciano y enfermo, a quien ayuda en los últimos meses de vida y vive los terribles disturbios que suceden a su muerte cuando el gobernador encarcela a su sucesor y pone en su lugar a otro obispo nombrado por la autoridad civil. Los egipcios se rebelan y los partidarios del nuevo obispo se vengan de todos aquellos que tuvieran alguna relación con el anterior obispo, Atanasio. Caritón es acusado de brujería y condenado al tormento del potro. Es salvado en el último momento por correo del ejército a quien había curado de unas fiebres mortales. La libertad de Caritón estaba condicionada a su traslado a la frontera noreste del Imperio para atender a los soldados que defendían el valle del Danubio y que carecían de cuidados médicos.
En la segunda parte del libro el lector tomará conocimiento del contraste entre la vida de los soldados romanos y la de los pueblos bárbaros establecidos en sus fronteras. Muchos de ellos estaban deseosos de pertenecer al Imperio porque, a pesar de su ignorancia, intuían que el estar sometidos a un orden jurídico y a una justicia común era una ventaja frente a otros pueblos menos civilizados. También intuían que el patrimonio cultural de los romanos era algo muy valioso. Los pueblos bárbaros se vieron presionados por otros más lejanos, los alanos y los hunos que pretendían entrar en el Imperio Romano. La corrupción de algunos gobernadores que aprovecharon esa oportunidad para enriquecerse a costa de los bárbaros deseosos de pactar su inclusión en el Imperio, llevó a estos pueblos a la desesperada solución de buscar la alianza con los hunos para penetrar en el Imperio y conseguir su supervivencia. Caritón vive ese momento. Es secuestrada por los bárbaros que quieren que sus soldados y sus enfermos sean atendidos por el mejor médico. Los bárbaros descubren que en realidad es una mujer e intentan casarla con alguno de sus nobles sin conseguirlo. Caritón, de nuevo Caris, se niega a perder su libertad. Finalmente es rescatada por Atanarico, el correo imperial que ha ascendido y que cuyo origen bárbaro le permite traspasar las líneas enemigas sin ningún problema. Atanarico ha ido descubriendo poco a poco los secretos de Caris y también poco a poco ha ido sintiendo amor por ella.
El hermano de Caris, Teodoro –Torión- también consigue un ascenso social y es gobernador de las provincias limítrofes del este. Así podrá ayudar a su hermana en las dificultades que encuentra en el ejercicio de su profesión.
Atanarico y Caris terminarán casados. Pero ella conservará su libertad para seguir con el ejercicio de la práctica médica.
El sobrino de Atilano Nicolás

Thursday, May 03, 2007

No hay cielo sobre Berlín, de Helga Schneider


No hay cielo sobre Berlín
Helga Schneider
Salamandra, Barcelona, 2005

Relato autobiográfico que comienza presentado a la propia autora en la Viena de 1971. La protagonista relata la impresión que le causa el reencuentro con su madre, una mujer alemana cuya exaltación le llevó a abandonar a sus hijos, en su primera infancia, para enrolarse en el movimiento nazi.
La visita es la excusa para que la autora y protagonista, Helga, narre su infancia en el Berlín que soportó el asedio de los rusos y aliados, hasta su liberación de la dominación nazi y del Füher Hitler.
La primera pregunta que el lector se puede plantear es si conviene una reflexión tan pormenorizada del horror de la guerra desde el punto de vista de los niños. Una visión esperpéntica de todas las calamidades que los conflictos bélicos infligen a los más débiles: ancianos, niños y mujeres. Hambre, enfermedad y sufrimiento psicológico. El abandono de los hombres, la desolación y la desesperanza que a muchos adultos condujo al suicidio. El estupro de las mujeres y la oscuridad maloliente de los refugios antiaéreos.
Tanto horror para los propios alemanes que aún deseaban colaborar con el régimen que lo causaba. ¿Cómo puede ser posible que la población de Berlín, y de toda Alemania, siguiese ciegamente las consignas del Füher? ¿Dónde quedó su espíritu crítico y capacidad de análisis? ¿Cómo es posible que no reaccionasen a la progresiva sustitución de unas leyes que conculcaron, poco a poco, derechos tan elementales de las personas, como el derecho a la vida?
En el museo de la Segunda Guerra Mundial (Bastogne Historical Centre)[1], en Luxemburgo, el pasado mes de abril, me encontré con murales en los que se recogían las leyes que el Füher fue dictando en los momentos previos al conflicto. En uno de esos carteles se me exhibía el siguiente artículo:
“Se considerará como no útil a la nación, y por tanto susceptible de ser eliminado, a todos aquellos que padezcan enfermedad o cualquier tipo de incapacidad o deficiencia.”
Toda una eugenesia generalizada: mucho más que la eutanasia vigente en algunos países de la actual Unión Europea: muerte a aquellos que no son útiles –enfermos, deficientes y ancianos-.
Y, claro, cualquiera puede ser hallado “deficiente”. En mi caso aunque no sea más que por centímetros de estatura. No doy “la talla” de la superraza. Tampoco tengo los ojos azules. ¿Será una deficiencia?
Helga, la niña protagonista, tampoco tenía los ojos azules y su pelo era oscuro. Su madrastra la postergaba a su hermano pequeño que, en cambio, era rubio y de ojos celestes. Fue arrinconada y despreciada y su aspecto físico la protegió de los abusos de la soldadesca. Tuvo suerte de algún modo. También la tuvo al poder disfrutar de la presencia de su abuelo “padrastro”. Un hombre que supo valorar su delicadeza y, en algún modo, su madurez.
Helga fue separada de todo lo que podría haberla consolado del abandono materno y de la ausencia de su padre enrolado en el ejército: su abuela paterna y la directora de un colegio para niñas difíciles. Los últimos meses del conflicto los vivió en un Berlín en el que no había cielo y si lo había permanecía oculto por el hollín de los edificios incendiados por las bombas, por la oscuridad de las noches sin electricidad y por temor a las escuadrillas negras que vomitan sus entrañas asesinas en vuelos rasantes y sin pausa.
Una novela que nos ayuda a no olvidar lo que conlleva no respetar la dignidad del hombre y su derecho a la vida.

El sobrino de Atilano Nicolás
[1] www.bastogne.be/20ansen45

Sunday, April 29, 2007

El Alquimista, de Paulo Coelho

Paulo Coelho
El Alquimista
Traducción de Montserrat Mira
Planeta, Barcelona, 2005

Novela simbólica, de 193 páginas con una notable influencia de Saint Exupery, y estilo narrativo de gran belleza. Reflexiona, con su simbolismo, sobre el esfuerzo del ser humano por alcanzar los propios ideales y la nobleza de corazón en esa lucha, sin dejarse llevar por la traición, la falsedad o la apropiación indebida de los bienes ajenos; un modo de conducta honrado en esa pelea por conseguir los propios objetivos. También propone a la consideración del lector una reflexión sobre la autenticidad de los ideales. Porque la fantasía y la propia soberbia pueden llevar al hombre a considerar que su misión está situada lejos de su realidad cotidiana y por lo tanto alejarse de lo que realmente le puede proporcionar su felicidad. Esa confusión entre la misión real para la que se está hecho y la visión fantaseada del deseo de perfección puede limitarnos o retrasarnos en la realización personal.
Argumento:
Un joven pastor de ovejas andaluz descubre una sacristía en ruinas, en la que crece un árbol. Allí decide vender todo lo que tiene –su rebaño- e irse a Egipto a ver las pirámides dónde cree que encontrará un tesoro.

Tras esta llamada a su propia vocación consulta con una mujer del lugar que tiene fama de ser vidente. La mujer le asegura que tendrá la fortuna de conseguir su tesoro. No le cobra nada en el momento pero le pide un tanto por ciento del mismo el día que lo encuentre. También se encuentra con un rey que le anima y le orienta sobre la forma de encarar los problemas que sin duda encontrará. El rey sí le cobra el precio de dos ovejas y le da dos piedras –una blanca y otra negra- a modo de amuleto. También le tranquiliza anunciándole que todo cooperará a que él consiga realizar su proyecto.

Así pues, vende sus ovejas y viaja a Marruecos. Nada más llegar le roban su dinero y tiene que trabajar para comer. Se emplea en la tienda de un artesano del vidrio y no sólo consigue dinero para él sino que además, enriquece al artesano. Cuando tiene suficiente dinero para comprar otra vez un rebaño piensa en volver a España pero se encuentra a un inglés que también va en busca del alquimista que pueda transmitirle su secreta habilidad de transformar el plomo en oro. El alquimista va en una caravana que cruzará el desierto y el joven se une a la caravana. De camino a Egipto recalan en un oasis. Los oasis eran respetados por los bandidos y los guerreros porque en ellos vivían mujeres y niños. No obstante un grupo de soldados apátridas estaba dispuesto a traicionar la costumbre de respetar los oasis pero una visión del joven permitió al jefe del oasis poner a salvo a sus habitantes.

El joven encuentra al alquimista quien le asegura que debe cavar en el lugar exacto en el que caigan sus lágrimas cuando llore. La emoción ante la visión de las pirámides que el joven experimentó le hizo llorar. Y allí comenzó a cavar. Unos ladrones que le seguían se pusieron a cavar pensando que allí ocultaba un tesoro. Pero no fue así. Entonces uno de los ladrones aseguró que en sueños había visto que atacaban a un joven como él para robarle un tesoro que ellos habían soñado oculto en una sacristía semiderruida de un pueblo desconocido de Andalucía, junto a un sicomoro que en ella crecía. Muchas penalidades sufrió nuestro joven quien al fin llegó a la sacristía de nuevo y descubrió, ahora sí, su tesoro.
El sobrino de Atilano Nicolás

Monday, April 23, 2007

El viaje de la reina de Ángeles Irisarri


El viaje de la reina
Ángeles Irisarri
Salamandra
Barcelona, 2003
La historia de la reina Toda Aznar (876-958) podría juzgarse como perteneciente al mundo fantástico de los caballeros del Rey Arturo, de las aventuras medievales contra dragones o de las insólitas batallas sostenidas por los cruzados. Pero el hecho real es que su vida, aún siendo insólita, es historia.
En su infancia conoció a un padre, el rey Fortún el Tuerto, que no puso objeciones al hecho de entregar a su hija Íñiga, viuda de Aznar Sánchez, a Abd Allá, abuelo de Abd-al-Rahman III. Íñiga tuvo que vivir el resto de su vida en la corte del emir bajo las leyes ismaelitas. Toda, de este modo, se convertiría en tía del califa cordobés Abd-al-Rahman III.
Muerto el padre de Toda, Aznar Sánchez, la joven se casa con Sancho García, de la casa vasca Jimeno. Con esta unión de la casa Arista y Jimeno, Sancho y Toda arrebatan el trono a su abuelo y crean el reino de Navarra. Sancho García y Toda tendrán una familia muy numerosa que casarán con los herederos de las principales casas y reinos cristianos de la península:
Oneca se casa con Alfonso IV de León, el monje. De ellos nació Ordoño III el Jorobado quien usurpará el trono a su primo Sancho, el Craso, con la ayuda del conde Fernán González. Oncea murió pronto y Alfonso se retira a un monasterio y deja el reino en manos de su hermano Ramiro II.
Urraca se casa con Ramiro II de León. De ellos nace Sancho el Craso y Elvira. Elvira se convierte en Abadesa del Monasterio de San Salvador de León. A la muerte de su hermano Sancho –envenenado muy joven-. Ocupará el trono como reina regente hasta que su sobrino Ramiro III alcance mayoría de edad.
García Sánchez quien reinará en Navarra. García se casa con Andregoto y une así el condado de Aragón a su corona y se convierte en el primer rey de Aragón. Tienen un hijo, Sancho, que será rey. García repudió a Andregoto poco después del nacimiento de su hijo bajo la excusa de ser primos y se casó con Teresa de León.
Velasquita casada con el conde Fernán González y otras hijas y nietas emparentadas con las casas catalanas.
La larga vida de Toda (vivió 82 años) le permitió establecer pactos y alianzas de paz para romperlas luego. Junto con Ramiro II de León -su yerno-, el conde castellano Fernán González y su hijo García venció a Abd-al-Rahman, (su sobrino) en Simancas.
Cuando Ordoño el Jorobado, en alianza con el conde Fernán González y otros nobles, destrona a su nieto Sancho el Craso –por grueso-, Toda pide auxilio a su sobrino el califa quien invita a Toda, a su hijo García y al nieto destronado Sancho a Córdoba. Allí Sancho es sometido a un régimen severo y recobra su figura y el trono de León.
Toda, en Córdoba, a pesar de sus 80 años, participa en todas las recepciones y visitas. Recibe regalos y agasajos. Y en lo más profunda de su corazón anhela regresar a la ciudad con un ejército y arrojar a los musulmanes a Mauritania.
Ángeles Irisarri novela la auténtica historia de la reina navarra Toda de Aznar y su contexto histórico de tal suerte que el lector llega a comprender el entremado de parentescos y relaciones de amor y traición que rodean estas vidas. El vocabulario heredado de la lengua árabe constituye un legado que parece perderse con el paso de los siglos. Ángeles Irisarri lo rescata y coloca al lector en la necesidad de su uso. Igualmente presenta a la consideración del lector las situaciones multiculturales que los reinos de la península tuvieron que soportar en los siglos IX y X.
Un acertado análisis socio-económico, muy simple, que define quién tiene el dinero, el poder y como se conforma la población: costumbres, derecho, trabajo, agricultura, ciencia, literatura, música, ocio y diversión así como la alimentación.
Por ceñirme a la longitud de una crítica sólo citaré dos aspectos reflejados en esta novela y que, en mi opinión, son un análisis sutil y suficiente de la sociedad en la que se desenvolvió la reina Toda.
Uno es la convivencia entre las religiones y su papel en la guerra. Toda tiene claro que los hombres pelean porque ambicionan el poder. No por extender la fe:
“… si sólo hay un dios, el nuestro, el de los sarracenos no es nada, salvo una enseña o un símbolo en que ellos creen, meramente como los paganos. Y si Dios es uno, no hay otro que sea su enemigo. Las enemistades nacen de los hombres; de los reyes por causas de la gobernación y por la ambición de extender los reinos o de redimirlos de pechos, pero no se lucha por llevar la cruz donde no esté…” pág. 231
Irisarri reconoce que la convivencia puede interferir en alguna de las concepciones o de las creencias de una confesión religiosa. Presenta el caso del obispo de Córdoba quien parece padecer la influencia de la herejía que considera que Jesucristo no era Hijo natural de Dios, sino que fue redimido por el Bautismo y adoptado por Dios Padre, como cualquier otro hombre. Y junto con este desliz importante en las creencias de la fe se mostró claramente partidario del confinamiento social que padecen las mujeres en la cultura musulmana. Por otra parte, dos de las hijas del Califa, Wallada y Zulema, parecen contagiadas del sentido de libertad e independencia que disfrutan las cristianas como Toda y Andregoto (la pelirroja castellana de Nájera, hija adoptiva de doña Mayor, prima de Toda):
En Navarra ha mandado y manda la señora toda, yo gobierno una ciudad y tú un convento, y nadie, ni hombre ni mujer, pone en entredicho nuestra autoridad…
¡Qué sandia, Andregoto!, nuestra autoridad la pone en tela de juicio cualquier hombre por el mero hecho de ser varón, ¡qué sandia!, se defendió Elvira
.” Pág. 230
Irisarri se nos presenta la sociedad tal como es: con sus defectos bien patentes pero presentados en una forma adecuada:
La maldad, Nunila, no puede ser sabida ni contemplada por las buenas gentes, ni con buenos ni con malos ojos.
La maldad y el vicio hay que ignorarlos, porque atraen…No hay que saber vidas ajenas, Nunila. Tú no eres una comadre, tú eres una dama de la reina que, como cada una de nosotras, debe reprimir la curiosidad malsana… Debes aprender de nosotras que, aunque nos gustaría saber más de Aura y de la coyunda de Mimo con Gaudiosa, sabemos acallarnos precisamente por no entrar en los dime y diretes de las comadres de Pamplona
.” p.159
Una novela amena que expone a la consideración del lector cuestiones muy actuales enmarcadas en la Edad Media. ¿Sólo coincidencia?
El sobrino de Atilano Nicolás

Sunday, April 08, 2007

Advenimientos, de J. Jiménez Lozano

Advenimientos (primavera 2005)
JJ Lozano
Ed. Pre-textos, Valencia, 2006
215 págs.


No se trata de un libro de ficción. O sí. Y lo es en tanto en cuanto se puede presentar la realidad disfrazada de metáfora. Así lo han intentado autores tan dispares como San Agustín, Ortega y Gasset, Auguste Comte, Dostoiesvski, Homero, E. G. R. Taylor, William James, Pascal, John Henry Newman, Plutarco, Oriana Fallaci, Kierkegaard, Winston Churchill, Jane Austen, la Madre Angélica Arnauld, Cervantes, Calderón, Pascal Brukner, Pierre Chaunu, Voltaire, Cronwell, Tomás Moro, Erasmo de Rotterdam, Juan Ramón Jiménez, Chateubriand, Teresa de Ávila y Juan de la Cruz, Hegel, Holderling, Robert Frost, Virgilio, Truman Capote,Talleyrand, Dickens, Balzac, Tolstoi, Aldous Huxley, Marcel Proust, D. H. Lawrence, Platón, Juan Valera, Fray Gerundio de Campazas, Joseph Roth, Thomas Hardy, Mallarmé, Luis Cernuda, Petrarca, Sándor Márai, T. S. Eliot, Thomas Carlyle, Joseph Addison, Juvenal…
José Jiménez Lozano cita a los autores en su contexto histórico; cita algunas de sus obras y hace referencia a los personajes de dichas obras que han llegado a constituirse como hitos culturales. Cita a pintores y sus obras maestras colgadas en los principales museos; a músicos y sus correspondientes composiciones.
No es un catálogo del devenir histórico, de autores literarios o de hitos culturales. No.
Advenimientos es un elixir libado con el paso del tiempo.
Cada gota, cada pensamiento, es una reflexión de la realidad contrastada con el pensamiento de un autor: el poso de un personaje o de un autor ubicado en la literatura. “Constructos” perfectamente asimilados y entretejidos en un entramado de reflexión y crítica de la realidad.
Advenimientos no es un libro para pasar un rato. Es un libro que “despierta”, que “avisa” al lector. José Jiménez Lozano se nos presenta como un autor comprometido con la vida y la realidad. Con una realidad sometida a una crítica sincrónica y diacrónica que son las magnitudes que confieren certeza a la historia misma.
El lector que se someta a esta crítica del pensamiento quedará irremediablemente despierto; no sucumbirá a más cantos de sirenas.
El sobrino de Atilano Nicolás

Monday, February 19, 2007



El Baile

Irène Némirovsky

Le Bal

Salamandra, Barcelona, 2006
94 págs.

Traducción: Gema Moral Bartolomé

Relato breve e intenso. La autora utiliza un lenguaje directo y sencillo para describir la sociedad parisina de principios del siglo XX en la que los nuevos ricos se disputaban los primeros puestos y los títulos nobiliarios de las casas venidas a menos.
El personaje central es una adolescente que muestra al lector el conflicto permanente propio de esa edad: el deseo del aún niño que precisa del cariño y las atenciones de los padres y el empuje biológico hacia el otro sexo que señala la nueva dirección de la vida, el anhelo del amor.
De fondo el tema de la educación de los niños y sobre todo, de los jóvenes adolescentes. La autora presenta en apenas cien páginas las consecuencias que se siguen de una educación inadecuada. Los padres que se dirigen a su hijo o hija con dureza excesiva, que no le tratan con la dignidad propia del ser humano, que le enseñan a vivir en la falsedad de mostrar a los demás, incluso a los más próximos, que son lo que no son, serán los que van a sufrir en primer grado las consecuencias.
La educación del joven debe perseguir la meta de la autenticidad. La adolescencia es complicada en sí misma. No se ha dejado de ser niño afectivamente, de depender de la estabilidad de los padres, cuando se sufre una convulsión interna con las exigencias de un cuerpo sometido a la revolución hormonal. El o la joven llegarán a la madurez si atraviesan este océano en agitación ligeros de equipaje. Si no se les pide que vivan con los condicionamientos sociales propios de los adultos. Si se les enseña a ser lo que son, a aceptarse como son, a aceptar sus propios fallos y los demás mediante el bálsamo del perdón a sí mismos y a los errores de los demás. No pasa nada por admitir que nos equivocamos o que los demás se equivocan, porque por debajo de todo subsiste el cariño y la comprensión.
Corregir a un hijo es parte de la tarea. Corregir, pero no exasperar. Corregir porque buscamos al adulto que nos encontraremos al final del proceso educativo. Corregir porque buscamos la adecuación del hijo o de la hija a un mundo que precisará de su contribución para ser mejor. Queremos hijo que contribuya con su trabajo a una sociedad más justa y más solidaria. Por eso corregimos: para enseñar a nuestro hijo a ser diligente, trabajador, honrado, solidario…
Otra cosa sería torturar a nuestro hijo o hija imponiéndole que no diga o que no haga aquello que perjudicaría nuestra imagen en la sociedad. En este caso le estaríamos enseñando que lo único importante somos nosotros, los padres, y nuestra imagen. El hijo pasa a segundo término. Está en función de los objetivos sociales o económicos del padre aunque se adorne el lenguaje diciéndoles que es por su “día del mañana”. El adolescente percibirá que no se trata de su vida. Que se trata de la vida de sus padres. Se sentirá desplazado y alejado del mundo afectivo de los progenitores. Y ese dolor producirá un desgarro, una reacción de consecuencias impredecibles. Y si no, léase la novela de Irène Némirovsky.

Tuesday, February 13, 2007

La Abadesa, de Toti Martínez de Lezea

LA ABADESA
Toti Martínez de Lezea
Maeva Ediciones, Madrid, 2005
250 págs.

Toti Martínez de Lezea elige, para su historia novelada, dos formas muy acordes con el estilo literario en uso allá por el siglo XVI: la autobiografía y el relato de viajes.
Mª Esperanza de Aragón, hija bastarda de Fernando el Católico, descubrirá al lector de esta novela los usos y costumbres de los castellanos de Castilla y de los castellanos de las villas vascas que aún siendo parte del Reino de Castilla conservaban sus fueros, usos y costumbres, como los conservaban otros pueblos de las distintas zonas del reino. Precisamente, el respeto a esos fueros y costumbres será lo que lleve a Fernando el Católico, Rey de Castilla al igual que Rey de Aragón, a la villa de Bilbao en 1476, ocasión en la que conoce a Toda de Larrea, una joven de 15 años, quien dará a luz, nueve meses después, a una niña , Mª Esperanza la Excelenta. En 1484, ocho años más tarde, será la propia Reina Isabel la Católica, quien acudirá a la villa de Bilbao para manifestar su respeto a los fueros, usos y costumbres. Y en los festejos organizados por los bilbaínos tendrá conocimiento de la existencia de la niña, hija bastarda de su esposo Fernando. El episodio causó una gran humillación a la Reina pues la joven y bella Toda declamó en público unos versos en los que se desquitaba de las humillaciones recibidas y se declaraba posesión del Rey. La Reina Isabel, muy dolida, ordenó que se llevase a la niña al convento de clausura que las Agustinas tenían en Madrigal de las Altas Torres, en Ávila. Allí la reina tenía su palacio y casa.
Mª Esperanza creció en el convento junto a otra niña, también bastarda de Fernando, que llegó un año más tarde. Se convirtió en una joven valiosa que llegó, por sus cualidades personales, a ocupar el cargo de Abadesa a los veinticinco años. Es entonces cuando recibe la visita de la Madre Superiora de la Orden quien le trae un breve del Papa Julio II comunicándole que el Rey Fernando el Católico, tras la muerte de Isabel, la reconoce, a ella y a la otra monja con la que había crecido, hijas suyas.
Mª Esperanza se las ingeniará para conseguir el nombramiento de Inspectora General de los Conventos y Monasterios de la orden agustina en Castilla y León. Y comienza así sus viajes hasta la villa de Bilbao en donde está segura de poder descubrir algo de su pasado y, sobretodo, lo relacionado con su madre y quizás a su madre misma.
Encuentra a su tío Pedro Larrea, días antes de su muerte; tiempo suficiente para que reciba la herencia que le pertenecía como única descendiente con vida. Y conoce a Tristán Díaz de Leguizamón, Pariente Mayor de los oñacinos, causante de la desgracia de la joven Toda, a quien obligó a yacer con el Rey Fernando, y por tanto causante de su propia desgracia. La trama de la novela permitirá a Mª Esperanza vengar de algún modo toda aquella afrenta.
Igualmente descubre que el militar que había secuestrado a Toda y a la niña, aquel que la había conducido al convento de Madrigal por orden de la Reina Isabel, vive aún en Trujillo. Mª Esperanza se las ingenia para poder acudir a Trujillo y continuar así sus indagaciones sobre el paradero de su madre, Toda de Larrea.
Y efectivamente descubre lo ocurrido a Toda. En el último episodio se da noticia del final de todos y cada uno de los personajes que acompañan a Mª Esperanza en el esclarecimiento de su pasado y en la búsqueda de sus raíces.
Este será el nudo aglutinador de la novela: la necesidad de todo ser humano a tener noticia de quienes son sus padres, más altos o más bajos en el contexto social; más inteligentes o menos; incluso mejores o peores. Lo que un padre haya sido en excelencia, sin duda honrará al hijo; lo que haya sido en vergüenza, lo humillará. ¿Pero habrá mayor desgracia para el ser humano que no conocer quienes le engendraron? Quizás para quienes hemos conocido a nuestros padres, este sentimiento de angustia nos resulte extraño y no nos alcance. Pero Mª Esperanza, la Excelenta, luchó duramente, en una época en la que las mujeres carecían de toda autonomía e independencia, por averiguar su pasado.
A lo largo de la novela, la autora de noticia de los comportamientos no adecuados de reyes y reinas que no respetaron el vínculo conyugal y mantuvieron relaciones extramatrimoniales. Se muestra también en la novela las consecuencias históricas, las luchas de dinastías –los hijos legítimos y los bastardos- por conservar el poder. Las muertes y asesinatos crueles de mujeres e hijos o las vidas extrañas a las que se sometían a niños inocentes. Los Reyes hacían con sus cuerpos lo que querían. Las consecuencias las pagaban sus familias y los propios reinos que sufrían guerras civiles, miserias y ajusticiamientos de los partidarios vencidos.
La autora relata muchos de esos casos. Sin embargo la Reina Isabel de Castilla no tuvo hijos fuera del vínculo matrimonial. Si los hubiese tenido habrían sobrevivido, al igual que los que su esposo y primo tuvo. Porque entonces la Iglesia Católica prohibía el matrimonio entre primos, no porque los estudios de Biología hubiesen ya demostrado los peligros de la repetición de la carga genética entre familiares, sino porque a la Iglesia Católica le constaba el hecho y quería prevenir a sus hijos de un peligro que quizás no se podía demostrar científicamente en aquel momento de la historia. Isabel y Fernando eran primos y los hijos de ambos murieron muy jóvenes o padecieron enfermedades graves. Los hijos bastardos del Rey Fernando gozaban de buena salud.
Una novela que, con un lenguaje sencillo y una trama que capta la atención del lector desde las primeras páginas, puede ayudar a repasar y profundizar en algunos hechos históricos de gran relevancia.
El sobrino de Atilano Nicolás

Tuesday, February 06, 2007

El camino de los Ingleses


El camino de los Ingleses
Antonio Soler
Ediciones Destino, Barcelona, 2006
350 páginas

Reza en una de la biografías de Antonio Soler: “autor que está más preocupado por mantener el aliento y la tensión en su escritura que por las ventas”. Con este ánimo me he acercado a esta novela. Me he encontrado con un artesano de la prosa. Trabaja sus párrafos, sus líneas, encadenando el anacoluto y el oximoron con destreza. Consigue alcanzar la prosa poética en originales alegorías y el ritmo con el que baraja las evocaciones de las vidas de sus personajes, a partir de un color, o de un sonido le sirven como acelerador o retardador de la acción. Domina el tiempo de la narración y sigue las huellas de Juan Rulfo en su obra Pedro Páramo. Sí, efectivamente sabe mantener la tensión en el relato.
Del contenido, o mejor de los temas que trata merece especial atención “el desarraigo del joven”. Debería de haber aclarado primero que se trata de una novela de “rito o de paso de la juventud a la madurez”. Deja el regusto, en cuanto a la temática, a El Señor de la Moscas o Ritos de Paso, ambas de William Golding, por ejemplo. Y como ambas describe las situaciones escabrosas, los crímenes incluso, a los que un joven puede llegar, cuando desde su infancia vive en un ambiente sin otro valor determinante de su conducta que los lazos –a veces demasiado imprecisos y fluctuantes- de la amistad. Una sociedad en la que la familia está rota y los hijos deben sobrevivir económica y emocionalmente a sus propias circunstancias y a sus fantasmas –los golpes que no aciertan a encajar-.
Por esta novela pasan las vidas de un grupo de jóvenes durante el verano previo a su entrada en la universidad (al menos algunos irán a la universidad). El autor presenta al lector, sobre todo, la vida de los que no irán a la universidad: Miguelito Dávila, José Rubirosa, el Corbata, y Amadeo Nunni, el Babirusa serán las vidas alrededor de las cuales se desenvolverá la acción.
Los dos primeros, Miguelito y José, se disputarán el afecto de Luli Gigante, una joven hermosa con aspiraciones a bailarina. José y Rafi Ayala matarán a golpes a Miguelito al final de la novela, por celos. Un capítulo en el que la crueldad que Rafi Ayala venía practicando desde su infancia con los gatos, se verá escenificada en un ser humano.
William Golding también describe escenarios semejantes en los que la perversidad de los jóvenes llega a romper una o varias vidas, por sentimientos tan primitivos como un episodio de celos o de orgullo –cuestión de honor-.
Pero el personaje que mejor describe la problemática actual del joven que quiere convertirse en adulto y no encuentra el equilibrio necesario para afrontar ese paso es sin duda, Amadeo Nunni el Babirusa.
El Babirusa no tiene padre, no lo ha conocido. Y la angustia de no saber quién era su padre le llevará a buscar distintas alternativas: inventa una historia para explicar su desamparo en la que su padre fue arrebatado por una nube y regresará con la lluvia cualquier día; cree que pudiera ser cualquier vecino y persigue a sus vecinos con el propósito de descubrir parecidos; le adjudica caras…
El Babirusa vive con una hermana de su padre, al que no consigue recordar, y con su abuelo. Su madre, un buen día, se casa con un negro en Londres y le invita a la boda. En ese viaje descubre que la profesión de su madre es la exhibición y la prostitución y este descubrimiento termina por reventar su inestable situación afectiva. El Babirusa reacciona con exceso ante lo que para él pudiera significar una insinuación contra su hombría. Reacción excesiva quiere decir que le clava un sacacorchos en la cara –su intención era alcanzar un ojo- a un joven que se dirigió a él con una frase desafortunada, castiga a su abuelo con un golpe de kárate en el esternón porque es descuidado y no cubre sus genitales…
El Babirusa no sabe como reaccionar. Ha crecido sin el control afectivo en sus manifestaciones que da la vida en familia: el afecto de la madre y la autoridad del padre así como las limitaciones que podrían imponer el reparto del espacio y de las atenciones de los progenitores entre los hermanos. Ese crecimiento lento y profundo es lo que le lleva a vivir perdido entre fantasmas y a no poder distinguir lo que es un afecto de lo que es una conducta caprichosa y egoísta. Toda una reflexión para una sociedad en la que prima el “cada uno hace con su cuerpo lo que quiere” en la conducta de los padres y olvida la responsabilidad ante los sentimientos de los hijos.
Lástima que describa en exceso las situaciones escabrosas en los que estos jóvenes creen aprender lo que es la sexualidad. No se conforma con señalar el lugar en el que se encuentra el basurero; además se recrea en describir la podredumbre que en el abunda. De haber obviado esos pasajes sería una obra de lectura obligada para jóvenes.
El sobrino de Atilano Nicolás