Wednesday, October 31, 2007



Palabras en la arena
J. Ramón Ayllón
Palabra, Madrid, 2007

La historia de un joven que se enfrenta al convulso devenir de sus afectos, justo allí cuando todo empieza a complicarse. Hasta entonces todo estaba más o menos claro: amigos, deportes, estudios, instituto, incluso los veranos en la casa de la playa, en Bayona.
El futuro también esta ya decidido: periodista. Y para practicar no hay nada mejor que comenzar por un diario. Pero toda obra de arte esconde, en el subconsciente del artista, secretos modelos a los que alude, aunque sólo sea para crear un contraste o una variación.
La trama sobre la que Borja escribe su diario –que titulará Palabras en la arena- no es otra que un famosísimo diario escrito por otra adolescente, El diario de Ann Frank.
A medida que Borja avanza en la lectura de ese diario, va comentando algunas de las frases y comparándolas con sus propias experiencias vitales.
La madre de Borja, profesora, establece un convenio “económico” con su hijo. Persigue dos objetivos: tener a su hijo ocupado todo el verano y ayudarle en su proceso de maduración mediante la lectura de diez obras de literatura. El interés de esos diez libros, además de su valor literario, está en las ideas que contienen y que darán respuestas a las inquietudes del joven Borja: la amistad y el amor, la educación de la afectividad, la educación de la voluntad, el valor de la conciencia individual, el valor de la fortaleza para defender el criterio propio, la elegancia interior, la importancia de los amigos, la importancia de la familia, el servicio que puede prestar una familia unida a otras familias del entorno, el servicio a los miembros de la familia que están enfermos o son ancianos y la satisfacción que comporta, cómo encajar la muerte…
Descripciones bellísimas del hermoso paisaje de Galicia. No hace falta mucho más para convertirse en poeta: el mar, la tierra verde y la ría.
En la obra de J. R. Ayllón, esta obra, tercera de la saga, sería anterior a Vigo es Vivaldi y a El diario de Paula. Goza de la ventaja que dan los años de escritor y sigue siendo una historia llena de frescura que deja un estupendo sabor de boca y ganas de leer más. Despierta el interés por leer las obras a las que hace referencia, obras importantes de la literatura como Macbeth de Shakespeare, El bosque animado de Wenceslao Fernández Flórez, Antes del fin de Ernesto Sábato, Matar a un ruiseñor de Harper Lee, El diario de Ann Frank, La vida es sueño de Calderón de la Barca, Meditaciones de Marco Aurelio, Las pequeñas virtudes de la italiana Natalia Ginzburg, Las cosas que llevaban los hombres que lucharon de Tim O’Brien…
Engarzadas en el texto aparecen numerosas referencias a otros hitos de la literatura como Las crónicas de Narnia, El señor de los anillos, La Odisea y a películas como Un vagabundo de Charles Chaplin, Carros de Fuego…
Una novela muy adecuada para los adolescentes a partir de 2º de ESO. Muy útil para los padres y educadores tanto por los temas tratados como por los enfoques y posibles soluciones.
El sobrino de Atilano Nicolás.

Sunday, October 28, 2007

La piel de los tomates, de J. J. Lozano



La piel de los tomates
José Jiménez Lozano
Encuentro, Madrid, 2007

Guadalupe Arbona Abascal, en el prólogo a esta colección de 32 relatos, afirma que en esta obra de José Jiménez Lozano “encontraremos la intensidad de la vida presente en lo más humilde y en lo más sencillo.” Y nos remite a la voz del propio autor quien ha señalado en muchas ocasiones que “la literatura es levantar vida con palabras”; es la acción de “escribir con palabras verdaderas y carnales, que nombren esa realidad. Sin la mínima voluntad de estilo”.
Claro que el estilo de José Jiménez Lozano está presente, como lo están la belleza y la tensión, en los 32 relatos –muy breves la mayor parte.
Recorre en ellos los mil detalles que conforman la existencia sencilla de las gentes sencillas, habitantes de lugares sencillos. Y muchos de ellos reverberan costumbres del decir cervantino.
J. J. Lozano pergeña, desde la curva contundente y lisa de la piel de los tomates, la imagen de la juventud del alma: la anciana que vende tomates en el tercer relato- y que da título a la obra- viene así descrita: “Y mamá también decía que los mejores tomates del mundo los vendía aquella mujer, que era muy anciana (…) con una piel tan fina y lisa, sonrosados carrillos, y ni una cana.” Y la belleza interior de la anciana quedaba, de ese modo, asimilada a la hermosura de los tomates que cultivaba y que por su mano maduraban incluso en abril. La propia anciana contaba la historia de un joven que perdió la tersura de la piel y se le tornó “consumidita como la de un tomate helado” en pocas horas, a fuerza del sufrimiento.
De los sufrimientos de la vida y de los que produce la muerte de los seres queridos de los que dependemos y de las alegrías e ilusiones sencillas con las que nos aliviamos y continuamos nuestro camino están hechos estos relatos redondos y generosos, como los tomates, que de ser buenos “tenían que abandonar su piel entre las manos”.
No nos engañemos: la vida aparentemente sencilla está tejida de graves sucesos silenciados, sellados por la conveniente pérdida de memoria. El lector acude a cada relato, debe acudir, dispuesto a sumergirse en una situación más que difícil, cruda. J. J. Lozano conduce la acción en una acelerada evolución del relato, sin eludir temas como el asesinato, la violación, el suicidio…
Maestro del relato breve. Me sería imposible elegir uno de los 32 que en esta obra figuran. Pero puedo señalar el titulado “La farsa” como uno de mis favoritos. En el él, el autor lleva al lector como obligándole a recorrer la escena de un cuadro. La palabra es utilizada como un puntero mágico capaz de dar luz y crear volumen allí donde se posa: “La luz del día se iba apagando, pero al mismo tiempo se iba haciendo más intensamente roja, y el vaso de agua y el reluciente plato brillaban extraordinariamente”.
En todos los finales de los 32 relatos, J. J. Jiménez consigue sorprender al lector presentándole giros inesperados de la realidad o de la hiperrealidad, incluso con algún guiño al realismo mágico. Pero en “La farsa”, la solución es un giro doble de ironía: nunca sabremos quién había vivido más falsamente, el Pastor Kalus Hansen o el Doctor Jesen y su amante, la mujer del pastor. Quién es más falso, ¿el que engaña a un vecino amando a la esposa y a quien le dan un hijo bastardo, o el que simula perdón y destruye el pensamiento y la concepción moral de ese hijo tras conocer que no era el suyo propio?

El sobrino de Atilano Nicolás

Wednesday, October 24, 2007



LA HERMANA
Sándor Márai
Salamandra, Barcelona, 2007

Una novela en la que el autor plantea una tesis: la enfermedad física no sólo tiene unas causas físicas. También el estado anímico puede desencadenar el desmoronamiento físico. Más; un sufrimiento moral, un sentimiento de culpabilidad o la frustración personal pueden desencadenar un accidente vascular, incluso la muerte.
Parte de verdad en lo que dice constituye nuestra experiencia: la muerte de un ser querido, la traición y abandono, la falta de dedicación o de atención de la persona de la que dependemos afectivamente pueden degenerar en depresión profunda, en anorexia, en pérdida del deseo de vivir.
Un amor imposible, también. La equivocación en la elección de la persona a la que consagramos nuestro afecto es la causa subyacente en este relato, en el que Sándor Márai nos desvela el mundo interior de un hombre, un artista, que trata de explicar qué ocurre cuando un hombre se deja vencer por la enfermedad y qué es lo que le empuja a elegir la muerte.
La mayor parte del libro es un monólogo interior que puede ayudar al lector a descifrar las claves que conducen al ser humano a la enfermedad. Una enfermedad aceptada ante la derrota psicológica del amor frustrado. ¿Qué puede salvar al ser humano de la aceptación a priori de la muerte? ¿De la falta de ánimo para sobreponerse a la enfermedad?
Cuando ya nada interesa, nada, ni la propia existencia, ¿a qué se puede agarrar el ser humano para sobrevivir?
El autor conduce al lector en ese descenso al infierno de la derrota psicológica hasta lo más profundo: la autodestrucción implícita en las drogas. En el último momento el protagonista, un pianista de reconocido prestigio, comienza el ascenso a un purgatorio que supondrá aceptar su nueva condición física hasta salir al nuevo paraíso de la vida. Una vida en lo que lo esencial se tornará lo primordial y únicamente importante: no más fama, no más público. Como Beatriz condujo a Dante hacia ese nuevo cielo de la aceptación de la vida, una voz femenina, tal vez imaginada, será la guía necesaria.
La completa recuperación implica la sanación del alma: la purificación de las frustraciones y la aceptación de que lo imposible lo es, y por tanto algo destructivo de lo que el hombre se debe apartar.

El sobrino de Atilano Nicolás

Thursday, October 04, 2007

Ácido sulfúrico, de Amélie Nothomb



Amélie Nothomb, cuenta una historia a partir de un ciclo como Gran Hermano, pero donde los que pierden, mueren.

Ácido sulfúrico
Amélie Nothomb
Anagrama, Barcelona, 2007
166 págs. 15€

La lectura de estas 166 páginas no deja indiferente. Precisamente es ese su objetivo: despabilar al lector, al espectador de una realidad dura. Cada día asistimos a enormes injusticias que acaban con vidas de seres humanos a través de ese gran ojo que todo lo ve: la televisión. No tenemos excusa. La eximente de la ignorancia nunca podrá servirnos de coartada. Todo lo vemos y nada nos conmueve suficientemente como para hacer el menor gesto.
Dejamos que las injusticias sigan su proceso de dolor y muerte.
La protagonista de este relato, Pannonique, está delante del ojo. Es ella la que sufre los horrores del hambre, el secuestro, la esclavitud, el castigo físico y el desprecio moral…
Ella, Pannonique, luchará contra la injusticia, primero, en lo más profundo de su ser. Se sobrepondrá a ese trato injusto. El lector asiste al proceso interior de rebeldía contra el trato inhumano y el efecto que causa esa lucha personal en sus compañeros de cautiverio: todos tratarán de imitar su forma de mantener la dignidad frente a tan gran adversidad.
Pero imitar puede tener el inconveniente de no llegar a entender la postura en su raíz y por tanto, Pannonique tendrá que sufrir, además, la incomprensión de aquellos a quienes intenta ayudar con todas sus fuerzas: la incomprensión de los “buenos”.
En las situaciones verdaderamente difíciles es cuando se aprecia la calidad del ser humano. Frente a una amenaza de muerte, el que sigue manteniendo sus ideales será el hombre - o la mujer- auténtico.
No aceptar el chantaje cuando depende de ello la propia vida y la de otros, demuestra mucha entereza. Y mantener los ideales, las formas de conducta que nos parecen correctas, cuando todos a nuestro alrededor –incluso los más próximos- no lo consideran grave, puede demostrar un exquisito sentido del deber y una voluntad de acero.
Encontrar una persona así a nuestro lado puede ser un revulsivo para las conciencias adormecidas por una vida fácil que sólo pretende satisfacer sus instintos con situaciones placenteras. Porque siempre hay quienes, en el fondo, saben que merece la pena otra forma de vida más íntegra, aunque conlleve situaciones complicadas.
Lea pues, avive el seso y despierte…
El sobrino de Atilano Nicolás

Wednesday, October 03, 2007

La quinta mujer
Henning Mankell
Traducción de Carmen Montes Cano Tusquets Editores, Barcelona, 2000, 488 págs. 20€
Planeta DeAgostini, Barcelona, 2006, 10€

Novela policíaca que comienza con el relato del asesinato de una mujer, la quinta, que junto a cuatro religiosas, muere a manos de musulmanes fundamentalistas en la ciudad de Argel, en 1983. Los dos siguientes capítulos relatan el asesinato, en Suecia, de dos hombres, aparentemente pacíficos y amantes de los pájaros y las orquídeas respectivamente.
¿Qué conexión podría existir entre estos tres crímenes alejados geográficamente?
La búsqueda de esa conexión será la tarea que un equipo de policías, bajo de dirección del detective Kurt Wallander. Durante la investigación se descubrirán otros asesinatos y situaciones de maltrato a la mujer.
La tarea es difícil y el trabajo arduo. Wallander se desplazará por la geografía sueca y el lector descubrirá los bosques y lagos, la tierra rocosa y llegará a sentir la lluvia y el frío. La técnica narrativa de Mankell consigue transmitir todas estas sensaciones: realista y viva.
La actividad mental que el lector desarrolla encuentra su parangón en la actividad exhaustiva del propio comisario que no se da respiro y para quien la vida personal, familiar y afectiva parecen escurrírsele de las manos como el o los autores de los crímenes a quienes persigue.
La quinta mujer sirve además para comunicar al lector las reflexiones con las que su autor, Henning Mankell, explica el aumento de criminalidad en la sociedad sueca.
“Hablaba del bienestar sueco como de un tremedal bien camuflado. La corrupción era inherente al sistema.” Págs. 307-308
“Posiblemente necesitamos una sociedad distinta –opinó Martinsson-. Con menos contratos blindados y más solidaridad.” Pág. 291
“El gran problema es el gradual desplazamiento de lo que la policía y los tribunales consideran como delito. Aquello por lo que alguien fue condenado ayer, hoy puede considerarse una bagatela que la policía no tienen que molestarse siguiera en investigar. Y eso a mí me parece que es un insulto a la conciencia popular de la justicia, que siempre ha sido muy fuerte en este país.” Pág. 398
Pensamientos que pudieran muy bien aplicarse a la sociedad española en la que nos toca vivir y que son fruto del relativismo que subyace en el pensamiento actual. Todo vale; todo es consensuable.
Para aquellos que pudieran sentirse aludidos, esta otra cita en la que el protagonista deja claro sus convicciones.
“Más tarde recordaría que, mientras esperaba, estuvo rezando una oración incesante y confusa a un dios en el que, en realidad, no creía” Pág. 459 El relativismo alcanza hasta la fibra más íntima del ser humana inmerso en un idearium social inestable. No se sabe muy bien a qué agarrarse. Y de esta guisa, el bien y el mal son un algo confuso y ambivalente, difícil de juzgar e imposible de corregir aún cuando pueda dar como fruto el asesinato. Y así se podría concluir que el hombre –o la mujer- son víctimas expiatorias de un pensamiento, que ya no sustenta una ley que le proteja. Un pensamiento laberíntico en el que no se llega a distinguir el objeto real de las múltiples imágenes deformadas por innumerables espejos, cóncavos o convexos, colocados a la conveniencia del que detenta el poder, ya sea una persona o un grupo de presión o lobby.
En esta novela, Kurt Wallander acompaña a su padre en un viaje a Roma, cuna del catolicismo, poco antes de su fallecimiento. El detective ofrece al lector la impresión que produjo ver a su padre contemplando la Capilla Sixtina:
“Fue como ver a un anciano dirigir una oración sin palabras directamente al cielo.” Pág. 32
Tras la muerte de su padre, se plantean qué hacer:
“-No hablaba nunca de la muerte –dijo ella-. Si la temía o no, no sabría decirlo. Tampoco dijo dónde quería ser enterrado. Pero sí que quiero que venga un sacerdote.” Pág. 138
Novela de acción que también deja lugar a la reflexión del lector.

El sobrino de Atilano Nicolás

Tuesday, October 02, 2007

Ronja, la hija del bandolero, de Astrid Lindgren



Ronja, la hija del bandolero
Astrid Lindgren
Editorial Juventud, Barcelona, 1981

Ronja nace en un castillo, guarida de una banda de asaltadores y ladrones. Su padre, Mattis, salvaje y brutal, aprende a mostrarse tierno con la niña que crece segura del afecto de su familia y aprende a vivir en una naturaleza de climatología tan dura como los bosques de Suecia.
El día de su nacimiento, en otra parte del bosque, el mayor enemigo de Mattis, y su rival, Borka, también recibe el nacimiento de su hijo Birk.
Las fechorías de ambas bandas atemorizan a los viajeros y un regimiento de soldados ocupa el bosque.
La banda de Borka se traslada a una parte abandonada del propio castillo ocupado por la banda de Mattis. De esta suerte, Ronja y Birk, el hijo de Borka, llegarán a conocerse y a establecer un vínculo de amistad.
La amistad de Ronja y Birk crecerá firme frente al odio que enfrenta a las dos bandas de ladrones.
Cuando el niño empieza a descubrir afectos fuera de su entorno familiar, deja de ser niño. También es entonces cuando empieza a percibir que sus padres no son perfectos. Es capaz de intuir los defectos de sus progenitores que, hasta ese momento, han ocupado el centro de su vida.
La superación de ambos conflictos –amistad contraria a los criterios de los progenitores y aceptación de los defectos de los padres- constituye la temática de este relato.
Otro aspecto muy interesante es el difícil equilibrio que debe darse entre la protección de los padres y la autonomía que el hijo necesita para ir alcanzando la madurez. Hasta dónde es conveniente protegerlo o si convendría dejar el hijo solo frente a los problemas, aún a riesgo de sufrir.
Astrid Lindaren, en este relato, no da soluciones. Simplemente expone situaciones que no se deberían dejar sin comentar entre padres e hijos preadolescentes, o entre profesores y alumnos. Este libro pudiera ser una buena disculpa.
El sobrino de Atilano Nicolás